Tú mi flaca,
dejas un aire blanco
cuando te acercas,
me deleitó en tus fragancias
y dejó dentro de ti mis esencias,
tú me dejas tus flores
avecilla que viaja
ligera de equipaje,
al menos eso pareciera
cuando me abres las ventanas
y yo dejo entrar mi aire dentro
de ti,
y recorro tu habitación más íntima,
regálame otro amanecer,
y otro más,
talvez mañana yo te regale
una luna que no sea de papel,
y tú me regales una estrella
que no se asuste
y se vaya.