GUSTAVO ADOLFO CLAUDIO DOMINGUEZ BÁSTIDA
Ya no quedan golondrinas
y ninguna ha de volver,
a tocar en los cristales
de tu bello atardecer.
En un ángulo olvidado
el arpa, aun calla sus cuerdas,
silencios de notas, escritas
en un luto que no cesa.
Ya se deshizo el pórtico
y su escudo de blasón,
se secó la madreselva,
no hay mano, ni corazón.
Se perdieron tus amantes
en el mar del desamor,
cinceladas en el mármol
del taller de un escultor.
Parque de María Luisa
no lo entiendo, explícame!,
si el amor es para siempre,
Becquer, ...nunca se nos fue!
Cuando el sol aun es un niño
que amanece en su corcel,
parece que esté lloviendo
...se ven las gotas caer.
Son las lágrimas de Adolfo,
\"gorriones de papel\",
que brotan del cuerpo inerte
y lloran a una mujer.
En el manto de la aurora
que abriga tu soledad,
flotan tácitos tus versos
por toda la eternidad.
Por mucho que hayas muerto,
doy gracias a tus amigos
que publicaron tus versos,
...aquí no habita el olvido.
...tanto gusto conocerlo !