Hay estrellas que sin ser rutilantes
a nuestros ojos, pertenecen a la
corte nupcial de otros astros
engendradóres de estrellas.
Hay estrellas que mueren
como los espermatozóides
sobrantes y pasan a formar
parte del polvo galáctico que
envuelve el espacio y alimenta
el vacío. Y todo brilla en el
universo hasta la muerte con
su opacidad.
Porque nada muere del todo,
no existe la nada, la nada solo
existe fuera de la mente, hay
estrellas que son una más en
las constelaciones sin cuya luz
el universo sería más oscuro
y sin embargo son anónimas
y son más antiguas que el hombre,
tan antiguas como el dios que las creó.