Silueta sin forma y hambre impúdica
que repta a la luz de la luna
en apéndices obscenos.
Enredadera seminal, retorcida
bajo velo de rosa.
Dedos almibarados, polutos que serpetean
geografía inmaculada.
Víboras pútridas que sodomizan
la voz con vello pútrido. Que contaminan
luz e iris.
Palpitación y convulsión violentas
que aporrean reflejo felpudo, trenzas
y una casa de crayón sin cimientos.
Voz de grillo se pasea en
aura de sosiego defenestrado.
Dedo con garras sucias que expectora
sonrisa en mueca de silencio.
Tentáculos hechos piel.
Guirnalda marchita
y roce perverso.
Octavio Márquez