Nunca seré lo que un día quise ser,
nunca los sueños se cumplieron
y en un arrebato de la vida se ha ido la esperanza.
Nunca quiso el capricho del destino
mostrarme fácil el camino
y como espinas dolorosas no fue fácil convivir
con todas mis cargas sobre la espalda.
Nunca fue eterna la alegría,
muchos los errores y muchas la penitencias,
y quise hilvanar mis historias coherentes
y acabe enredado en su maraña vencido por mi miedos.
Y si me digo que la experiencia es el don de lo vivido,
acopio sabiamente con donaire mis fracasos
con tal de salir airoso esta vez de las trampas de la vida
me sugiero otra oportunidad…para encontrar mi razón.