Cuando llegue la noche,
desnuda tu cuerpo,
limpia tu mente,
abandona lo cotidiano.
Abraza historias,
acariciadoras de silencio,
palabras invasoras,
que agitan sentimientos.
Y no digas nada…
tan solo roza mi piel,
para que sepas que estoy aquí,
para decirme que estás ahí.
Para lo que quieras pedir.
Para lo que quieras dar.