Me dejas carcomida ,alma, como hueso,
sepultada de negro manto pena,
por tan ingrato amor que me condena,
dándome como Judas traidor beso.
Yo, de tu vil traición no quedo ileso,
áspid, que me insuflaste ya en la vena
de corrosiva gota que envenena,
quien tan sólo te amaba con exceso.
Quizás, gano bastante más que pierdo,
pues no quisiste ver quien de verdad
ya mucho más que, amarte, te adoraba.
Me quedaré de ,ti, el mejor recuerdo,
e intentaré olvidar tanta maldad
a desleal mujer que no me amaba.