Ven conmigo y siente.
Siente esa humedad de tierra.
Siente el humus saciado
de lluvia o de rocío
y el jergón de resinas
y agujas de pinos.
Siente el aire tornadizo
en las distintas horas
y las brisas y los vientos
que lo muestran vivo.
Siente, siente el riacho
que no envidia el mar
y que no envidia los ríos...
ni triste en la sequía,
ni al estar bravío.
Siente, bajo la estridencia
de revuelos y de cantos,
las pequeñas aves que ignoran
la insolencia del cerro.
¡Y mis verbenas rojas!
Siente mis verbenas rojas.
Y siente la nimiedad del cactus
que induce a encantamientos
con su flor irreal
tan excesiva para ser de cactus.
Siente ese espíritu que envuelve
una armónica visión de vida y lleva
a una paz interior desconocida.
Ven conmigo y siente.
De mi libro “De cumbres y de abismos”. 2007 ISBN 978-987-9415-23-8