6.
Quedé vacío,
sin pensamientos,
como roca seca,
con una taza de café
que nunca más tendrá el mismo sabor,
no hay cantos de aves,
ni un amanecer florido.
Ella está ahí
sin quejarse,
sólo tiene pasado,
los minutos de esa noche,
su mente está quieta,
sin miradas
y recordando el dolor
de su futuro incierto.
7.
Espero un rato,
y estoy otra vez
rodeado de sombras,
la luna silenciosa
ha vuelto perfumada
del frío de las rosas.
Trato de que me vea,
sonreír,
hablar de esperanzas.
¿Qué mirará la hija?
tal vez los lirios tristes,
o la medrosa oscuridad
de la noche nómada
que se ha quedado
en la ventana.