El tiempo conmigo
se ha ensañado,
de mis manos
ha profanado
el candor
de mil caricias,
que al orillo de su alma,
con amor;
había sembrado.
Ya nada del pasado
en mi piel ha quedado,
ni la miel
de aquellos besos,
que con lágrimas
de lunas
arrebataba de mis labios.
Mas mi corazón,
arcano ha guardado
ese amor atesorado;
entre magnolias
y malvón.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y poeta - Argentina
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