Eres el faro que alumbra
mi triste y oscura vida
y mi barco a la deriva,
disipando la penumbra,
entre los escollos guía;
yo, con tu ayuda, hasta tuerto,
seguro estoy que a buen puerto,
finalmente, arribaría.
A la deriva, escorado,
mi vida era un sinsentido,
con el rumbo equivocado,
y eres tú quien me ha enseñado
que el verdadero sentido
era para el otro lado.
© Xabier Abando 29/11/2016