Amiranda

De aquellos días

Pareciera haber quedado profundamente vacía, con la mirada en un punto

la perturbadora idea de su presencia inundando todos los espacios

en los rincones de la mente, he sabido suprimir los atardeceres

 

tanta necesidad de aquella inmensidad que sabías hacer

tanto pero tanto se escurre entre los dedos

como un río que no dejará de correr

quisiera sentirte como antes

que choques, las dos    fuerzas imparables

que eres, que somos, que explotemos

y todo de nuevo

y que  un baile como ese nunca acabe

que no importe más nada

más que aquella pequeña y tintilante luz

que se siente cuando respiras la primera brisa de la mañana

cuando respiro cuando respiramos

que vuelva a tener sentido