Horas, días y años con el alma maniatada...
Y en una fracción de tiempo me has vestido de quien podría ser en la eternidad.
Voy a olvidar que la tierra sostiene mi andar y que bajo el cielo mi mente te puede ignorar.
Quiero ir en pos de tu santidad.
A todas mis sombras yo me enfrentaré y las voces de mi mente arrancaré.
No dejo de sudar toda mi maldad, para un
Destello de tu eternidad entre mis manos poder contemplar...
Soy parte de la nada, del vacío y del silencio. Vivo como el viento.
Solo con tus corrientes yo me manifiesto.
¡Que delicia es vivir con el pecho abierto!
Y respirar el cielo en mis pulmones..
Lloro la ternura de mis ojos a tu encuentro.
Respiro de tu aliento y contemplo lo fragante que es tu encuentro.
En mi alma sembraré tu salvación,
tu eterno amor y la bendición de tener tu perdón.