Tu pena me atormenta, elegiste el camino sutil de la frescura de flor que se abre a cualquier día soleado qué a capricho de las tempestades viene y va.
La luna brillante y atormentada nada fue, ni las promesas de nostálgica añoranza.
Qué aunque te ama con la voraz pasión del universo y la armonía sólo se pinta eterna, inmutable para ti, en ese amor perfecto que nació para perderse...