Maria Olinda Valero de Quintero

Querencias

Bajo la sombra de un cielo terso

luego los rayos en el maíz,

un pavo rudo rompe el silencio

y una mulita de negro intenso

bajo los curos duerme feliz.

 

Un joven siempre anda ligero

con su bayeta y su costal:

otros sin zapatillas y sin esmero

y con la suerte de aventureros

saquean los frutos del cambural.

 

Muy sonrojado esta el abuelo

que apenas anda con el bordón,

y con su traje de buena estampa

hace tertulia de silba y canta 

y saca bebida de su cajón.

 

En los panales la miel se pierde

muy bien copadas en un barril,

sin el silencio la abeja muerde

y el patio las grieta germen

las ramas fresca de perejil.

 

Juntas las manos y con decoro

sobre cajones el blanco tul,

y con empeño ruegan en coro

por escaleras copas de oro

y al rededor de la santa cruz.

 

Y de mañana la abuela reta

las llamas fuertes en el fogón,

para el ajiaco y el queso en cesta

que en una mesa de puerta a  puerta

degustaremos en el sillón.

 

María Valero.