La primera vez que la viste, una sonrisa se dibujo en tú rostro, una sonrisa a la que ella respondió.
Dijiste unas palabras y siguieron su rumbo, hablaron de sus vidas, de sus gustos, de las personas y quién sabe, de algo más. En ese momento la deseabas, pero la veías inalcanzable. Los segundos fueron minutos, los minutos fueron horas y las horas fueron días. Preguntaste si la puedes volver a ver, a lo que ella respondió amablemente que si.
Esos días se convirtieron en una rutina, una rutina bella, agradable y llena de sentimientos.
El primer beso fue acompañado de sensaciones ocultas, de miedos interminables y preguntas que quizá no lleven respuesta.
Todo se fue acomodando a la medida de sus corazones, a la medida de sus cuerpos, de sus labios y del tiempo.
Hoy la amas
Hoy te ama
Y que rápido han pasado esas horas, esos segundos, esos días.
Hoy es tuya
Hoy eres suyo
Y el miedo a perderse uno al otro es interminable
La ama
Lo ama
Se aman
Y en sus corazones saben que su amor va por mucho más