¿Quién apostaría?
a que en esta vorágine
una vez más
nuestros barcos
anclarían
en el mismo puerto
y en el cruce de miradas
engendramos
una máquina de tiempo
que en un minuto
fue escáner del recuerdo
hoy este encuentro
podemos llamarlo
si temor a equivocarnos;
inédito
pues hoy nos define la distancia
el silencio
el exilio
en un pasado;
la caricia
la entrega
y el invierno, seguramente
nos recuerda como su mayor nemesis.
Después del choque de cometas
trazamos una ruta perpendicular
para seguir alimentando a ese destino
donde la comunión simplemente es nula
dándonos la espalda
caminamos algunos pasos
y antes de desvanecer
una intuición me hizo voltear
intuí que tu también lo harías
para observarnos
quizá por última vez
y asi fue
parece que intuiste esta sincronía
conectaste a mi frecuencia
donde la melancolía susurraba a granel
nos despedimos con otra mirada
¿cuánto derroche de nostalgia?
¡ya hay materia prima para pavimentar al mundo!
quiero pensar
que después de recordar lo vivido
ambos
eramos subyugados por la reflexión
nos hacíamos en la mente
cuestiones tan profundas
¿Qué hay de nuestra actualidad?
y lo que pudiera haber sido
si las grietas no le hubieran
brotado a esta vereda
no obstante
la memoria de lo que consumamos
reverbera
pervive
posiblemente hasta
que los gusanos
degusten de esta piel
como lo hicimos entre si
tu y yo
quizá ellos también comprueben
que aun hay rastros de
miel en ella.