Estrellas que me sumerjan en la blanca arena,
espolvorean el inmutable discurrir de otra noche.
Entre tantas medianeras
cuántas osamentas surfean estas ajetreadas mareas,
quiénes celebran la epidémica miseria,
que a diestra y siniestra aquellos líderes aglomeran;
acaso quién lea deletrea las palabras mudas del poema.