Da igual, que lleves o no lleves corbata
Los poetas no se distinguen por el traje
Destacan porque les pagan con ultraje
La tumba del poeta es un agujero como de rata.
Está allí en un triste descampado
Solo y olvidado con la sola compañia de las flores
Pero no importa, estando en vida ellas eran sus amores
Federico es una estrella brillante que aún no se ha apagado.
El gitano sigue
En el sacro-monte
Allí nadie le persigue.
Un niño siente sin ver
El cercano horizonte
Pero, ya le llegará el querer.