Padrino, lo que yo creo
es que no creo en los cuentos
de piratas y ladrones.
Y sin querer ofender
la luz mala, con reparos
y pa usté, mis respetos.
La vuelta está asegurada
lo que flota siempre vuelve
haigan o no haigan piratas
y tampoco luces malas.
Áspera piel canela
curtida por muchos soles
y por el agua salada;
manos encallecidas
por las sogas y las redes;
golpeadas esas espaldas
por las olas y tormentas,
y ese crónico cansancio
por el esfuerzo y el mar
que entumecen los cuerpos.
Y ahorita mi ahijado,
la oración y a dormir,
ancla y timón atemos
y pa mañana lo invito
a un buen toque de santos
adonde vamo a cantarle
al sonar de tumbadora
a los dioses africanos
por la pesca que nos dieron
pa llenarnos las bodegas.