Martín Raviolo

EN UN BALCÓN... EN TAORMINA

 

Fui por detrás de ti que absorta contemplabas la belleza del mar besando el cielo, en esa noche de estrellas junto a la luna encendida que iluminaba tu torso desnudo. 

 

Te tomé de la cintura y ascendiendo suavemente mis manos recorrieron tu piel hasta palpar tus erguidos pechos. 

 

Allá abajo, pequeñas olas corrían lavando la angosta y pedregosa playa... y volvían lentamente a su lecho Jónico de aguas calmas. 

 

La noche prestó su encanto, Taormina y el mar el excitante paisaje que exacerbó el deseo, la pasión, que unidos al amor inflamaron el momento para hacernos compartir y consumar el embeleso de amar. 

 

Nos amamos de pie... junto a la balaustrada abrazado a tu espalda... gozando luego de frente nuestras lascivias miradas... y alcanzamos el orgasmo tendidos en el mármol fresco de ese bendito balcón !