Daniel Osuna

Te espero, en esta playa

Aquí frente a la playa, esta noche,

estoy rememorando lo que viví contigo.

Fue tanto nuestro amor y nuestro goce

que me sorprendo ahora que todo ya se ha ido.

Pensar que simplemente en esta hora

las olas de la playa preparan mis oídos

para escuchar silente que tú, que me abandonas,

no quieres nunca más volver a estar conmigo.

 

¡Qué dicha tienes tú que puedes irte

y yo qué desgraciado por no poder largarme!

Si vieras que es difícil que te olvide

lo pensarías de nuevo para no abandonarme.

Estoy encadenado a tus recuerdos,

a esas cosas tontas que me atan a tu historia.

Quisiera ser tan sólo un cruel silencio,

un vagabundo errante, sin fe y sin memoria.

 

Escúchame, cariño, simplemente

estoy tan de repente muriendo en esta playa.

Quisiera preguntarte por la suerte

que yo he tenido ahora de verte liberada.

Estás como las olas, como el agua

en un vaivén astuto, buscando otro hombre.

¿Por qué, si yo más bien te hice una estatua,

tú borras con blasfemia mi desgraciado nombre?

 

Estoy pensando ya que tus acciones

inspiran en mi carne hacer estos poemas.

Yo sé que nada hacen las canciones,

mas puede sucederme que ahoguen esta pena.

En ti, ni el verdadero amor te hace

arrepentirte de dejarme y ser tan mala amante.

Espero que si tú, más adelante,

anhelas regresarte, me encuentres como antes.

 

Te espero, soy sincero, yo te espero

aquí en esta playa con el crujir del muelle.

En esta pasarela del silencio

me diste solo un beso, un beso simplemente.

Y con aquella parca acción cobarde

tomaste tus maletas y al fin te fuiste un día.

No esperes tú, mi amor, que muera antes,

como tampoco yo espero verte hundida.

 

Pero lo que sí espero que suceda

es que regreses pronto bastante arrepentida.

Yo voy a estar despierto en esta espera,

y voy a hacer que tú te sientas bienvenida.

¿Qué más pudiera hacer, cariño mío,

si sólo tengo agallas para quererte mucho?

Estoy buscando luz en este hastío,

porque al volver a verte revivirá mi mundo.

 

Así, mientras te espero, amor querido,

le pido a Dios con fe que haga algún milagro.

Yo tengo fe en él, pues es mi amigo;

si no, sería sin él tan solo un onagro.

En él debiste haber tenido algo

que te hiciera ver lo mal que te estabas portando.

El día que te fuiste, lloré tanto

mas ya no había manera; no pensaste ni en mi llanto.

 

Pero como te dije: Te perdono,

y te espero aquí sentado en esta hermosa playa.

Aquí te conocí, te di mi todo,

y aquí te esperaré, aún si nunca regresaras.

Quizá un transeúnte me pregunte

por qué estoy aquí y en qué estoy pensando.

Yo solo le diré al transeúnte:

“Mi amor se fue de mí, y lo estoy esperando”.

 

Poema de mi autoría. Muchísimas gracias por leerme.

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