Ahora,
veo la luna
mi fiel compañera,
en su plena oscuridad.
Estancados en el techo estrellado
proyectan la eternidad
del tormentoso pasado.
Un beso desenfrenado
frìo,
vacìo...
azulado.
Un acto de empatìa
en la noche
para salvar la palabra vida.
Este es el recaudo
del miedo.