Llego sin ruido.
Como una hoja.
Como una pluma,
que al viento adorna.
Su voz etérea,
ausente era.
Como un susurro,
de un ser cualquiera.
Eran sus ojos.
Lagunas negras.
Como dos simas,
que no se llenan.
Vino flotando.
Sutil pavesa.
Como en la mar,
la barquichuela.
Sembrando aromas.
Vino en silencio.
Llenando el aire,
de sentimientos.
De terciopelo,
sus labios eran.
Como dos pétalos,
de madreselva.
Piel de promesas.
Era su rostro.
De Sol los pómulos.
Como faroles.
Cada mejilla,
bañada en oro.
Llego sin prisa.
Como una idea,
que se desliza.
Presente ausencia,
como una brisa.
Lleno el espacio.
Cual Luna llena.
Preñó de anhelos,
cada deseo.
Saciando el hambre,
borro la pena.
Como la nada.
Se fue sin nada.
Dejando todo,
lo que albergaba.
Se fue vacía.
Pero repleta,
de fantasía.
A. L.
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