Sola me he visto danzando
frente dudosos altares,
y en fantasías he volado
como garza sobre mares
He roto los caracoles
por afanes desmedidos,
y unos buenos consejos
en el viento se han perdido
He espantado la sonrisa
por lo intrusos de mis ojos,
y en letanía se desriza
la sierpe de mis enojos
He marchitado la noche
con inútiles desvelos,
haciendo culto al reproche
sobre mis blancos cabellos
He cabalgado las horas
de veranos hasta inviernos,
y he despreciado la aurora
cultivando los recuerdos
He manchado mi libreta
de lagrima y tinta pura,
cuando no riman las letras
cuando el arte me censura
He saboteado mi suerte
por absurdas decisiones,
y he sosegado mi frente
entre sentidas canciones
He pretendido que el sol
se despida por el este,
cuando ardo en el crisol
de mi prisionera mente
He dudado, y he errado
hasta el pulso de mis miedos;
y por retos deslizados
como agua entre los dedos,
…y seguro, sigo errando
hasta que existan los sueños.
María Valero, nov.2016.