Nos llena el rocío, como pequeño ruiseñor,
Con gotas pequeñas de luna, llenas de ilusión,
Nos caen en el cuerpo mientras nos besamos los dos,
Llega el crepúsculo, como de la noche redentor.
Que camina cada segundo que le marca el reloj,
Me dices palabras con tu hermosa voz,
Me dices cuanto me amas, nunca morirá el amor,
Es testigo la luna, es testigo el sol.
Me iluminas con tu hermosa luz,
Vuelves la noche negra en un cielo azul,
Nadie me amará más que tú,
Nunca a nuestras almas llegará la inquietud.
Caminamos de la mano por el prado,
Besándonos y sigilosos como los gatos,
Con la suave brisa de la lluvia de mayo,
Se apoderan de mí tus bellas manos.
Me regalas una hermosa sonrisa,
Con esa carita tan bella y tan bonita,
Con esos deliciosos labios,
Los que beso a cada rato.
“Nos amaremos de manera eterna, regalándonos amorosos poemas, el sol se retira y ya se apaga, nos besamos en las sombras entre las guirnaldas.”