En medio
de la inmensidad de la noche
el paranoico lobo me despertó
mostrándome
su gigantesca boca
Truenos y relámpagos
como húmedos colmillos crepitaron
al son de la danza
oscura de la lluvia
¡Oh Dios !
Sus deformes y penetrantes ojos
en medio de la nada
comenzaron a señalarme
Mi corazón se abrió
como una rosa fúnebre
y tu nombre clavado junto al mío
aulló con su dolor al hombro
en ese instante
¡ Oh dulce cielo !
¡ Oh dolor comprometido !
Otra noche más que te lloro en la distancia
como siempre
sangrante