Aunque la vida se esconda
y la esperanza se achique
aunque me cubran las sombras
o se me lleven las aguas
A pesar de tantas noches
que quedaron escondidas
de aquellos años pasados
con mi boca entre tus labios
Como un mendigo en la noche
suplicando por mi pena
voy mirando a las estrellas
sin saber en cual te escondes
En la triste amanecida
me despierto sin tus besos
ante el dolor de tu ausencia
ante un adiós anunciado
Bajo un puñado de tierra
descansa tu cuerpo yerto
y un puñado de amapolas
cubren la tumba marchita
Se nos va el alma dormida
en pos de la bien amada
borracho de vino tinto
entrecerrado en la pena