Ariello

La casa de mi Padre

 

La casa de mi Padre

 

¿Dónde se halla Jesús?, ¿habrase  huido? 
lo he buscado en el pueblo noche y día, 
no aparece, José; dice María… 
esperemos, mujer; no se ha perdido.

 

Y salieron a hacer un recorrido 
por las calles desiertas, bien decía 
aquel padre tranquilo que confía 
ver de nuevo a su niño confundido.

 

Al pasar por el templo mucha gente, 
las palabras del niño y los doctores, 
se aprestaba a escuchar tímidamente,

 

¡Y por qué me buscáis querida madre! 
¿No entendéis que a pesar de los rigores 
debo estar en la casa de mi Padre?

Ariello

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