El
Cristal
reflejó,
al parecer,
lo oculto del ser,
que con curiosidad
intentó escudriñar
si algo le falta o perdió;
pero lo que de sí descubrió
fue que siempre sumaba uno más
con aquella masa de gentes tras sí.
La masa por reflejo se movió
al advertir la duda y el pensar
de aquél que empezó a evocar
el momento en que enfermó,
contagiado en temor,
por aquel tumor
de aceptación
social y
casual
paz.