¡Silencio!
Presencia que se capta en la ausencia.
Sensaciones que cabalgan en lo profundo del ser.
Suspiros que se difuminan en la eternidad de la noche.
Fantasmas recorren la mente, formulando preguntas que no tendrán jamás respuestas.
Mirada perdida en el horizonte, en medio de sentimientos que se disipan en los recuerdos.
Diluyo en una taza de café las esperanzas sentidas, queridas y perdidas ¿A dónde se fueron?¿En qué remoto paraje desconocido reposan esperando la brisa, la brizna suave del anhelo?
Escucho el viento con su canto milenario. Me reporta a un tiempo y espacio dolorosos de la infancia. A la soledad de una habitación. A la mirada acusatoria, condenatoria de unos ojos que amé. Que debieron ser mi refugio y apoyo.
Ave solitaria que extendió sus alas y maduró en las montañas crudas, inclementes, mágicas de la existencia.
Ciprés frondoso que crece hacia a las nubes. Presencia solitaria de un campo santo, alimentándose de las lágrimas derramadas por los muertos, de desilusiones que empapan la tierra sacra.
Latidos pausados de un corazón sangrante, un alma errante que se pierde en medio de los caminos vívidos de una aurora agonizante.
¡Silencio, solo silencio!