Peco sin demonios

Acecho

No faltan deseos sino palabras

El miedo es verdugo y decapita

ideas que llenan la fosa en mi garganta

 

Ahora solo quiero ser polvo 

y dejarme secuestrar por el viento

y adherirme a cada hebra azabache

de tu delirante y nocturna cabellera

 

Hace rato que te miro

pero no te das cuenta

pues jamás poso mis ojos

en la oscuridad de los tuyos

 

te rehuyen como a

la mirada del sol

solo tu pelo de charol

y tu piel contemplo

 

ese acanelado terciopelo

que tapiza la alcoba

donde reposan mis sueños

 

Soy invisible en el tumulto, en su barullo

soy lejano e insignificante

en este viejo pasillo lleno de utópicos 

en esta vieja facultad

en donde Marx y Bakunin aún susurran

 

Rodeado de figuras grises

enterrado en su indiferencia

desde una atalaya de sombras

te sigo observando