Y entonces...
un día soñé..
... soñe ser alfarero.
Soñé..
que las puntas de mis dedos,
palpaban el mundo,
resbalando sobre barro,
dibujando bajo tus ojos,
filigranas y garabatos,
de esmaltes de oro.
Soñé...
llegaba a tus labios,
que saben a barro cocido,
y con las puntas de mis dedos,
arrancaba a tu sonrisa,
de terroso encanto,
los secretos de un espejo.
Soñé..
con desvelar los misterios,
de tu cuerpo de ánfora,
desde el sendero de tus senos,
al epicentro de tu ombligo,
dormir en el hueco rosado,
que huele a tierra y madre.
Soñé..
poner en marcha mi reloj,
sobre tus pies de barniz,
como volad minutero,
ser el capricho de tu sombra,
y el amante de tus pasos.
Soñé que soñé,
un dia soné..
... ser alfarero.
Debe ser que somos,
el mismo barro,
de la misma tierra,
cocidos en el mismo horno.
a.rodríguez.