La manzana no era manzana era un pierna
Color durazno, mordida la pierna nos llevaba
A un monte de Venus y desconocidas puertas
Y un hambre nueva entró en mí que perdí la consciencia
De lo satisfecho, por algún designio sagraron, se abrieron
Sabrosas y la mordida fue algo más que un beso con lengua
-manantial de fuego, ¿Cuánto estuve sediento sin saber lo
Que era el estar ardiendo en el deseo? Callo y abro
La boca desperdigó al habla a revolotear fuera
Sí. El primer poeta fue el que entregó su boca
A nuevas ideas, delirantes nominaciones, nuevas formas
De nombrar las cosas por amar las de otra manera
¿De mala o buena manera? Ya quién lo sabe
Lo olvidó al saborear se, el espíritu de lo sensitivo
Habita al de uno, lo desaloja, dejándolo en Nostalgia
Rememorativa, cantar las en prosa, nosotros ahora
Herederos caemos denuevo a la condena incierta
De la historia al sueño que hubo oscura historia
Volver atrás al jardín o selva, manantial divino y carnal
Guardián del sueño donde no pernocta el sueño
Besamos cuerpo, mordemos alma, jugamos el fuego
Prohibido del deseo de eternizarnos como dioses
Por este motivo y quizá otros, no sin motivo fuimos expulsados