¡A LA MADRE DE JESÚS!
Quiero una saeta cantar
a la Madre de Jesús,
quien lo bajo de la cruz
para luego amortajar,
y con sus lágrimas lavar
del mundo su ingratitud.
Mujeres que vais rezando
tras la madre del señor,
sois todas cual ruiseñor
que lamentos va cantando,
y las cadenas llevando
como espinas de una flor;
pues su belleza es el dolor
que enjuagáis con vuestro llanto,
al haber padecido tanto
como Cristo el Redentor.
Rindo un sincero homenaje
a las madres de mi tierra,
que pasan su vida perra
entre miseria y coraje,
para que al final del viaje
sea un héroe más de guerra.
¡Virgencita de mi alma
cuida bien a esas mujeres,
para las que sus placeres
es mantener la tensa calma,
haciendo con sus quehaceres
renacer nuestra esperanza!
Joanmoypra