Como suave brisa fresca
Llegas sin avisar
Disipando las tormentas
De tristeza y soledad
Y entras con sutileza
Y de forma natural
A mi mente que se inquieta
Y solo ha de recordar
Tu silueta tan perfecta
Tu sonrisa angelical
Tu mirada que alimenta
A estas ganas de soñar:
Con palpar tanta belleza
De tu cuerpo magistral,
Con saborear la riqueza
De tus labios, sin parar;
Con observar la nobleza
De tu alma espiritual
Y decirte con franqueza
¡Por siempre te voy a amar!