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EN MEMORIA DE WALT WHITMAN...

Cuando el canto

de los humildes...

desnuda el alba con la aurora,

 

un heraldo de la vida...

escribe raudo

entre risas descuidadas,

 

en el cáliz

inusitado

de un te quiero.

 

Eres Whitman...

la fragancia

desbocada de cumplido,

en un mundo desgastado...

y sin consuelo,

 

desplazado alevemente

en la calma...

del crepúsculo

sin hora,

 

allá donde los eruditos

se desgastan...

apenas yertos,

 

entre labios

excasamente

deshojados...

 

por la gracia inconfundible

de su rezo.