Tengo el corazón cortado.
Cortado.
Como un tajo
hecho rápida y profundamente.
Cortado.
No quebrado, ni trizado o roto.
Mi corazón no es ventana, ni puerta o copa de cristal;
con él no podés ver una hermosa vista, ni entrar o salir, mucho menos sirve para saciar la sed.
Mi corazón es lienzo, tela, madera;
con él creás, te abrigás y construís.
Por eso tengo el corazón cortado.
Está igual.
No cambió de forma, estado u objetivo.
Simplemente tiene una visible
y profunda herida.