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AL CRISTO EN CONMEMORACIƓN

Hoy, hasta las piedras miran un cielo mortecino,

y se fuga un silencio en no sé qué fuego

de una tarde que sangra mientras vive y muere luego

en la noche de tu muerte, luz de todo camino.

 

Señor, que perdonaste aún en la agonía

al que de tu dolor y lágrimas se mofaba,

que por ser hijo de de Dios no te aprobaba,

no alcanzó a ver que ya el mal perdía.

 

Y del pecado sus días fueron contados

cuando tus ojos se cerraron al desamparo,

ignorando los demonios del hombre ser derrotados,

 

pues tu redención brindó un obsequio claro

a quienes de su ruina pueden ser reedificados;

felices quienes te aman, pues por ti son amados.