Tarde de siniestro vuelo
la luz se hizo viento
el viento tormenta
la tormenta granizo
se las llevó lejos
jamás este canto
callaron sus voces:
ven aquí, amiga!
Ven, aquí, hermana!
Ven, aquí, mujer!
Se detuvo el tiempo,
sigue tu sus huellas
eleva conmigo
esa voz eterna,
perenne,
de cielo:
grita!
Muerde!
Araña!
Canta!
Enseña tus garras
se fiera de siempre
defiende tu tierra
de los traidores.
De quienes se roban
sus verdes tesoros
su tierra feraz
que fértil te guarda
sus frutos de jugos
tiernos de sabores
delicias de cielo
con sabor de madre.
Sí!
Llenos de gracia
como sus mañanas
de risas,
De besos
y, de galanteos.
Ven, aquí, mujer!
deja oír tu grito
guerrera de luz
sigue tus impulsos
diosa de enojos
mujer de heridas
madre de corajes.
Sal pronto al rescate
cuál fuera de selva
soldado de noches
cuajadas de estrellas
nunca te olvides
de tu Patria amada.
Como Ellas vuela
eres mariposa!
Sigue tras sus huellas
la senda está abierta
trillada de luces:
Patria,
Minerva,
María Teresa!