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La terapia de perdonar

    Cada vez que perdonamos, caminamos más ligeros de equipaje.Tal vez por eso, las tradiciones espirituales suelen incluir el perdón para cerrar cualquier herida, por mucho dolor que nos haya ocasionado. Desde un punto de vista médico, cuando nos abonamos al rencor, castigamos al organismo, con un aumento de la presión sanguínea y del ritmo cardíaco. Está comprobado, que ambos descienden de forma inmediata en el momento que perdonamos. Las personas que cargan con un catálogo de ofensas y resentimiento hacia los demás son, asimismo, más susceptibles de sufrir trastornos de origen nervioso, como dolores de cabeza, depresión del sistema inmunitario, o en caso de estrés continuado, envejecimiento prematuro y úlceras.