Que lejos aquel día.
Que lejos las promesas.
Cuán lejos las mentiras.
Cuán cerca las certezas.
Temblores de esperanza,
en las noches dormida.
El tiempo en el olvido,
guarda frases y hechos.
Conserva la certeza,
de prematuros ritos.
Embriones de nostalgia,
en el tiempo perdidos.
Como sombras chinescas,
empapadas de magia.
Tierna voz que te acuna.
Con abrazos de nácar.
Acariciando el sueño,
que lava y amamanta.
Frágil nana que vuela.
Seda que abriga el alma.
Con puntadas de oro.
Con palabras de plata.
En el lomo del sueño,
las verdades cabalgan.
Silenciosos espíritus,
de pasadas andanzas.
Profesores severos,
de recias enseñanzas.
Viajeros en el tiempo,
con sus pesadas cargas.
Imágenes dantescas,
que danzan alocadas.
Un leve pensamiento.
Una idea que pasa.
Las sutiles palabras,
que subyugan y calman.
El suave sentimiento,
que emergiendo arrebata.
Unos ojos profundos,
que la vida taladran.
Una brisa que roza,
como una pluma alada.
Cuán ricas las esencias.
Que mojan las entrañas.
Cuán bellas son las manos,
que afirman y levantan.
A. L.
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