A veces un
recuerdo,
ocupa toda
la memoria,
y no deja
espacio,
para otras
historias,
quizás
por ello,
solo en ti
pienso,
y regreso en
el tiempo,
cuando
te conocí,
fue de ocasión,
observé el interior
de un local,
y ahí te vi,
te miré a los ojos,
y tu dijiste,
CAROLINA
es mi nombre,
me encantó
tu presencia,
llegó hondo
tu perfume,
y la dulzura
de tu voz,
me supo a
mujer fiel,
tu mirada
era un cielo
de ternura,
y candor,
como paloma
mensajera,
que lleva en
su pico,
un mensaje
al corazón,
latiendo en
su vuelo,
cosas de
la vida,
puedo decir,
impensadas,
que algún
día llegan,
y hacen nido
en las extrañas,
así de simple,
pasaste a ser
parte de mi vida,
y soy feliz.
Víctor Bustos Solavagione