I
Como encanto perfumado
un abrazo una caricia
que conlleva con albricia,
el elogio mesurado.
¿El amor inesperado,
lo vivimos un instante?
No parece equidistante.
encontrar tantos amores,
ni tan pocos desamores
que celebren el desplante
II
Corazón que late fuerte
cuando vuela al infinito,
llega cerca del bendito
para orar y se convierte.
Esperando que la suerte
pronto llene cielo y tierra.
En un mundo que se cierra
cuando el viento ríe y danza,
al soplar en lontananza
de la vida que lo aterra.
III
Viajaré por otros mundos
donde moren otros mares,
y el aroma de esos lares
llegarán arto profundos.
Tan alegres y jocundos,
como el canto de una diosa.
O del brote de la rosa
que no brinda solo amor,
si también brinda el color
que aprisiona tan dichosa.
IV
Fueron pocos los amores,
quizá el tiempo no fue mucho,
corazón que nunca escucho
porqué tiene sus temores.
Y son otros los temblores
para todo lo que atañe.
Solo el alma que me apañe
en sus versos necesita
que la musa manuscrita
como siempre me acompañe.
V
La mirada es al revés
cuando miras al espejo,
cada cosa es un reflejo
de la cabeza a los piés.
¡Que pensamos si después
vemos que todo es un fiasco!
Pocas cosas me dan asco
como la mentira hiriente,
que desubica a la gente
encerrándola en un frasco.
VI
Tiene el alma delicada
aquel niño apenas nato,
acusado de maltrato
por la orina derramada.
y se siente desolada
por no tener un pañal.
Si todo mundo huele mal
cuando sale de la panza
como si fuera una chanza
¡¡¡Su futuro y su final!!!
Claudio Batisti