Los corceles de nuestra niñez
nos trajinan
vamos por los campos de la vida
sin armaduras
acompañados de luciérnagas
el bramar de la vacada
el canto de gallos
la guarura
las tonada de Manuel Rodríguez
Simón
la dulzura a cuestas
Seguimos huellas del quijote
fantasmales molinos de la afrenta
ladridos huérfanos
tejiendo olvidos
puntadas de historias
Hoy plenos
medimos la unión universal
el horizonte con los soles
los atardeceres
cargados arreboles
Hasta que una oscura travesía
nos delate
y nuestros huesos queden sembrados
a la luz apagada de un pedazo de luna