Madre, al recordarte yo añoro
de cuando me dabas siendo niño
aquellos besos todos de oro
seda tus abrazos de cariño.
Como me dabas besos de luna
y mis manitas los agarraban
y los escondía yo en mi cuna
luego que mis llantos te soñaran.
Madre, yo vengo para llevarte
aquella templanza que me dabas
por todas las glorias que iba a darte
y que tú reías y cantabas.
Madre, vengo para recordarte
mil besos, los abrazos y anhelos,
las alegrías que quise darte
en la tierra la luna y los cielos.
Como amaba yo siendo cachorro
esos ojos de noches de estrellas,
ese rostro añejo de socorro,
esas manos con años en ellas.
El tiempo madre corre, se nos va,
se nos queda quieta la hermosura
y de estar deja, luego ya no está,
como una puerta sin cerradura.
Sin ti madre yo fallezco entero,
soy solo el puntito de una estrella
una estrella que dice te quiero
un puntito que brilla sin ella.
Sin ti madre yo a poquito muero
y si alguna vez Dios no lo quiera
que si decides irte primero
ya te buscaré yo cuando muera.