Mis manos gobiernan a tu simetría
y en cada meridiano de tu piel
es que instalo a la caricia
en una tiranía que aduce a la resonancia
al conjuro que guarece en el ropero
a la holgura de esta incertidumbre
y una penitenciaria para el desasosiego
es que se funda en el extravío de llaves
inexorable es ya la inmolación
que hace la entropía
al anidarse en la gaveta
para no darle cabida
ni siquiera
al primer strike.