Cuento en versos las horas desde que te conozco,
Y hoy, al pensar en ti, pregunto: ¿cómo eres?
No quiero, que tus palabras se monten en renglones
Han pasado tantos años y siempre estás presente.
No hay manera que no estés.
Eternidades que atraviesan mi alma, las esquinas envejecen.
De pronto se cuelan los recuerdos por el orificio microscópico de los calendarios
Es bueno, incluso hermoso, el reírse de la vida, con tal que se viva
El amor no puede sofocar la verdad,
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