Un peregrino incomprendido
pasea
por la provincia de lo insulso
se convierte en turista
de un escenario en la penumbra
el trazo de su mirada
y su interacción con los actores
son la lupa que le ayudan
a encontrar
a lo impredecible
a lo imposible
e inimaginable.
Pretende con su red
atrapar alguna historia
que haya sido fraguada
más allá del vacío
su convicción arraigada
se alimenta de un fervor
inconmensurable
que le hace creer
en la existencia
de algun sobreviviente
del estereotipo
confía firmemente
de que en la muchedumbre
donde anida el plástico
habita algo más que la pose.
Una rebelión cronológica
le hace frente a su peregrinaje
a pesar de ello
no se deja carcomer
por la polilla del tiempo
es madera inédita
que no hincha si se moja
pero en cada arista
sus veredas parecen restregarle
que no hay pelotas
sin boleto a
la frivolidad de esta tómbola.
insospechadamente
el sonríe
pues sabe
que alguna de ellas
pronto saldrá en el sorteo
y si no
en algun momento
la saturación de la tómbola
hará
que las pelotas
escapen por si mismas.