Dicen es la luz del día
mas parece inaccesible
por eso miro imposible
que el mundo cambiar podría;
con su gloria en lejanía
no se combate a los crueles
y no nos brinda las mieles
de su magna omnipotencia
y su gran benevolencia
esta solo en los papeles.
Me cuentan que nos creó,
nos hizo a su semejanza;
¿En el no existe templanza
que solo mal nos legó?
Pero si se equivocó,
¿Significa no es perfecto
Y lo que tengo de abyecto
se lo debo agradecer,
y culpa no he de tener
por su trabajo imperfecto?
Pregunto con insistencia:
¿Donde esta ese Dios creador
que mira tanto dolor
con infinita paciencia?
¿No remuerde su conciencia
ver los pueblos oprimidos,
a los niños desvalidos
muriendo de inanición,
y cierra su corazón
a suplicas y quejidos?
El pecado cometido
en el Edén celestial
será condena fatal
aún del que no ha nacido?
¿Acaso aqui hemos venido
a pagar la culpa ajena
y padecer una pena
que no debiera ser nuestra,
si somos su obra maestra
porque sin piedad condena?
Yo me pongo a discernir:
¿Si para enmendar su error
y siendo gran Dios de amor
a su hijo mando a morir?
Sin que pudiera elegir
otra forma de salvarnos,
y poder así evitarnos
de su existencia dudar,
que tan solo hace pensar
que han tratado de engañarnos.
En su gran sabiduría:
¿Porque inventó a Lucifer?
si ya debía saber
lo que tal angel haría,
y que por siempre sería
su enemigo mas mortal;
sabiendo que es gen del mal
¿Porque no lo ha destruido?
¡Es que también han mentido
con esta historia banal!
Esta lleno de bondad,
mas su bondad es inicua
se porta mas bien oblicua
en horas de adversidad,
entonces; que hay de verdad
de su inmenso amor al mundo
si se muere en lo profundo
de cadenas opresoras,
esperando las auroras
de su poder errabundo.
En mi triste apelación
van del alma sus retazos
que ven caer en pedazos,
sin rumbo, sin dirección,
los sueños, que el gran sayón
corta sus alas de plata
haciendo un mar escarlata
con la sangre del que llora
y que hace mucho le implora
terminar su pena ingrata:
Mas parece que se oculta
del dolor y la agonía,
que los mira en cuantía,
pero nunca nos faculta
el poder que tanto exulta
como grande salvador,
y el mundo pierde su honor
creyendo en su existencia,
y va durmiendo conciencia
para luchar con valor:
Autor: Aníbal Rodríguez.